lunes, 10 de octubre de 2016

RESPETAR LA JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ


El abogado español Enrique Santiago tiene mucha razón al afirmar que la exclusión de los presidentes de la república de la Jurisdicción Especial para la Paz es perniciosa y antidemocrática, sobretodo porque tienen mucho que aclararle al país, por ejemplo: Juan Manuel Santos se indignó con los llamados “falsos positivos” y se empeñó en erradicar ese crimen de lesa humanidad, pero, nos debe aclarar quien lo ordenó o indujo y quienes desde arriba implementaron esa política; otras cosas debe explicar como la muerte de Alfonso Cano enfermo e inerme en lo que pareció ser un crimen de guerra. Andrés Pastrana y Alvaro Uribe deben responder ¿por qué en sus gobiernos se generaron la gran mayoría de las víctimas del conflicto? y la relación de esos crímenes con el Plan Colombia. Si se niegan a comparecer ante este tribunal, que ya fue reconocido como válido por la CPI, les recuerdo la condena al General Videla en Argentina, ya no puede existir punto final a violaciones sistemáticas del DIH y de los DDHH y ningún Jefe de Estado puede disfrutar de la impunidad de los “vencedores”.

El beneficio de cosa juzgada y el aporte a la Justicia, a la verdad, a la reparación y a la no repetición serían valiosísimos para la paz de Colombia porque el buen ejemplo, y mucho mas desde los máximos niveles del Estado, cunde. Los altos militares y los señores de la Guerra que financiaron y dirigieron los crímenes contra las víctimas se motivarían para adherirse a la paz, a la oportunidad para pedir y obtener perdón, y contribuir significativamente a la dignificación tanto de las víctimas como de los combatientes que degeneraron para que cometieran materialmente los crímenes.

Los narcotraficantes, las bandas con políticos corruptos y las empresas ilegales de vigilancia y minería también son partes del conflicto porque la principal razón de su delincuencia fue la inexistencia de un Estado que les brindara oportunidades o que les impidiera crear esos emporios empresariales al margen de la ley, porque ese Estado estaba infiltrado por esos delincuentes, no hacía presencia en gran parte del territorio nacional y las autoridades sustitutas lo permitieron y les cobraron impuestos, por eso deben tener la oportunidad de acogerse a la JEP y de modificar y legalizar sus actividades.

Después de iniciado el Frente Nacional resultante del plebiscito de 1957 vino a Colombia el economista Lauchen Currie quien diagnostico que para poder modernizar la producción agropecuaria era necesario convertir a los Campesinos en jornaleros, como los cosecheros de la revolución verde y el café. ¡Se atrevió a recomendar el etnocidio de la cultura madre de la humanidad! Dicho y hecho, los gobiernos decidieron atacar militarmente a los Campesinos que se resistieron por lo que algunos crearon las guerrillas y otros prefirieron ir a hacer fundos en las selvas, como siglos atrás los indígenas rebeldes y los negros cimarrones. Carlos Lleras Restrepo no aceptó ese criminal dictamen, inicio la reforma agraria pero sus sucesores, empezando por Misael Pastrana, la volvieron inoperante, revivieron la aparcería y las autodefensas terratenientes precursoras del para-militarismo.

La cultura campesina ha demostrado en todo el mundo que puede ser tan productiva o mas que las grandes explotaciones mecanizadas en cuanto a cantidad producida por hectárea; potenciada con la agroecología, las asociaciones de productores y las pequeñas máquinas especiales, las familias pueden lograr una vida digna y sin pobreza, con equidad de género y el desarrollo pleno de la niñez y la adolescencia. Una sana competencia entre los 2 modelos: el campesino y el empresarial, es lo mas conveniente, eso sí, recuperando y respetando el equilibrio ambiental para hacerlo sostenible.

Presidente Santos, Usted tiene una gran oportunidad de comprobar su compromiso con las víctimas, con la verdad y con la Justicia, aceptando acogerse a la Jurisdicción Especial para la Paz, dando ejemplo a los expresidentes y a los demás actores determinantes del conflicto interno.

martes, 4 de octubre de 2016

LA DEBILIDAD DE LA IZQUIERDA POCO AYUDA A LA PAZ DE COLOMBIA


La actuación política de las masas ha invadido repetidas veces el ámbito de la conciencia de cada ser humano, inmiscuyéndose en cuestiones de preferencia política, raza, nacionalidad originaria, religión, preferencia sexual, etc. violando los derechos humanos y ocasionando grandes crímenes, hasta genocidios, liderados por sicópatas hiperactivos muy carismáticos elegidos emocionalmente por masas manipuladas. Colombia ha albergado muchos de esos nefastos personajes. Alvaro Uribe Velez, el último de estos, amparado en la impunidad casi total de los delitos contra los DDHH y el DIH, continua liderando la ultra-derecha, controlando una buena parte de los poderes legislativo y judicial, contando con el respaldo de enormes capitales dudosos. Permitir a criminales de lesa humanidad influir masivamente en la opinión pública ha saboteado la democracia y la paz de Colombia. Juan Manuel Santos debiera colaborar con la Corte Penal Internacional para buscar solución a este palo en la rueda que le ha metido Uribe a los acuerdos de paz.

La unidad de la izquierda se logró pero no duró; luego del efímero liderazgo de Carlos Gaviria la izquierda explotó en mil pedazos. Tan frustrante fue esto que los grandes movimientos sociales surgidos de la victoriosa resistencia civil, la que luchó en paralelo con la Insurgencia contra la tiranía oligárquica-mafiosa y terrateniente opresora del Pueblo rural, han frenado su paso a la política electoral por no encontrar una organización estable en la izquierda. Las tendencias progresistas de los partidos tradicionales y sus derivados tampoco encuentran con quien aliarse. Sin embargo las bases se unen espontáneamente cuando encuentran un candidato carismático, como lo hicieron para elegir a Gustavo Petro a la Alcaldía de Bogotá y eventualmente pueden llevarlo a la Presidencia de la república, pero ¿Cómo lograr las mayorías parlamentarias que garanticen la gobernabilidad? Difícil convocar a una asamblea constituyente, para poder aprobar las demás reformas que se requieren a fin de superar la grave desigualdad social, sin esas mayorías.

La división de la izquierda no ha sido espontánea, obedece a una muy bien lograda campaña publicitaria de la plutocracia mundial que aprovechó la debacle de la Unión Soviética para proclamar el fin de la Historia y de las ideologías, la mayoría de los izquierdistas lo creyeron, salvo pequeños grupos que en su mayoría se apegaron a antiguos ideólogos dogmatizando sus ideas. Pareciera que la pereza mental encontró una buena excusa en la “libertad de las ideas”, se dejó de pensar la política racionalmente para ponerse a sentirla; lo llamaron inteligencia emocional.

La ideología base de la actuación política debiera limitarse a 2 ciencias: economía política y gestión empresarial, enmarcadas en la normas consensuadas por la gran mayoría de la humanidad (DDHH, DIH, ISO, etc,). Ideas que definan la economía pública, la forma de administrar las empresas comunes y de controlar las privadas. Estas 2 ciencias y las técnicas derivadas debieran ser los ámbitos y enmarcar los objetivos de las discusiones y los acuerdos políticos: ¡Definir concretamente cómo gobernar! Ir mas allá atenta contra la libertad de los individuos, es deber del Estado la protección de estos derechos, nunca restringirlos ni permitir que se violen.

Los invito a pensar y proponer sobre economía política y sobre gestión empresarial para debatir hasta llegar a acordar cual va a ser la ideología de la izquierda política colombiana que se va a ejercer desde el poder central que estamos próximos a conquistar. Para aportar al debate les presento de nuevo el libro: Una vía progresista al socialismo.

¡Debemos esforzarnos por superar nuestra debilidad ideológica porque de lo contrario vamos a fracasar gobernando!