Perdimos, si los votantes en la primera
vuelta por Fajardo y de la Calle hubieran imitado a sus líderes votando en
blanco podríamos haber empatado porque sumamos 3’200.000 de los 5 millones de
estos y el resto más los de Vargas Lleras votaron por Duque. Pero quedo claro
que ese millón 800 mil ven más posibilidades de progresar con Duque que con
Petro. Somos pocos los que anteponemos la justicia social al beneficio
personal. La experiencia de Brasil y Argentina con gobiernos inclusivos
demostró que muchos beneficiados votaron después por el beneficio personal
primando sobre la justicia social. Los DDHH siguen siendo soslayados por el
ánimo de lucro.
Petro
recibió 8 millones de votos que son un mandato de los excluidos y sus amigos
intelectuales y espirituales para liderar sus luchas. Pero debemos reafirmarlo
con continuidad alrededor de una propuesta factible dada la presidencia de
Duque:
·
Debatir entre nosotros un posible acuerdo sobre lo
fundamental con Duque que incluya destrabar la producción agropecuaria, hacer
sostenible la explotación minero-energética, proteger a los niños y los
ancianos, mejorar el sistema de salud y la educación con gratuidad para la
universidad de los estratos 1, 2 y 3, vivienda social, etc.. Hay que convocar
de inmediato a los voceros de las fuerzas aglutinadas alrededor de Petro.
·
Invitar a Fajardo, a Robledo, a De la Calle y
Cristo, los Galán, a Roy y Benedetti y demás personalidades pro paz que se
marginaron de la coalición Petro presidente, para que participen y sirvan de
canal con Duque.
·
Un acuerdo sobre lo fundamental entre opositores y
Duquistas será viable en la medida que les permita a los ganadores acelerar su
progreso, cediendo parte de las tierras en entredicho para legitimar y
legalizar el resto, aceptando en parte las alianzas productivas que requerirían
los grandes agroindustriales, y, mostrando cohesión y fortaleza en una
alternativa de fuerte confrontación.
La inmensa
voluntad de Petro en esta campaña a la presidencia puede continuar en la
oposición sin renunciar a dialogar con Duque. Intentar persuadir al presidente
electo de un acuerdo sobre lo que nosotros consideramos fundamental y que para
él signifique poder ofrecer a sus aliados oportunidades de legalización, paz
segura y buenos negocios. Reunirse los voceros de los 8 millones con los demás que
estén apoyando una paz completa sería lo mejor para los colombianos porque
permitiría posibilitar el progreso general y un verdadero salto al desarrollo.
Reunirnos ya
para acordar la agenda de negociación y resistencia. Pasar de los diálogos de sordos
gobierno-oposición a consensos democráticos.
Hernán Pardo, junio 20 de 2018
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