viernes, 11 de mayo de 2012

Nuestra desgracia: el guerrerismo, piedra atada al cuello de Colombia por los gringos.

 El Presidente de Colombia tiene pretensiones de gran Prócer, pretende pasar a la historia como el hombre que fue capaz de lograr la Paz derrotando a la guerrilla y siendo magnánimo en la victoria. Sabe que heredó ser cliente dependiente de los Estados Unidos y ser guardián de los privilegios de su clase oligarca, pero se atrevió a decirle a China que ahora quiere ser socio y pregona que va a traicionar a su clase por la Justicia Social.

La manipulación mediática, base del poder “suave” de la plutocracia imperial, ha permitido esconder las flagrantes violaciones de los últimos gobiernos colombianos a la ley humanitaria internacional, escudándose en la lucha contra el “terrorismo” de la gran potencia norteamericana e impidiendo que los medios independientes cubran el conflicto armado interno. Los periodistas colombianos que trataron de hacerlo están presos, muertos o asilados, a algunos se les permite ejercer en las capitales siempre y cuando trasmitan la versión oficial del conflicto o se olviden que existe. Un periodista extranjero que porfió en el cumplimiento de su deber fue llevado por las FFAA a una linea de combate, herido logró rendirse a la Insurgencia que dijo estarlo curando y exigió un debate nacional e internacional respecto a la libertad de información sobre la guerra local.

Demasiado oligarca el Presidente Santos hace oídos sordos al clamor del Pueblo rural que exige parar su exterminio, alega que si se precipita a negociar con una Insurgencia fuerte le dará oportunidad de reponerse y prolongará la guerra al volver a alimentar la ilusión del triunfo militar. En la diversidad de posiciones de unos y otros no faltan apoyos y validaciones para los argumentos de Santos, sobretodo porque la oligarquía sabe que en una negociación sus monstruosos crímenes quedarían totalmente al descubierto y un grupo resentido y guerrerista de la Insurgencia acaricia veleidades de toma del poder.

Pero se levanta unido el Pueblo rural, sometido a la opresión tiránica, apoyado por los que entienden las causas del conflicto en los partidos de izquierda y en la Academia de pensamiento libre, han irrumpido en las capitales y están logrando la simpatía y el acompañamiento entusiasta de los estudiantes y de muchas comunidades en proceso de organización, inspirados también por la acción liberadora de gobiernos locales progresistas que privilegian a los mas pobres. Todos ellos comparten la necesidad de solucionar el problema de la tenencia de la tierra para poder construir un buen futuro.

Santos y la Insurgencia deben escuchar el clamor del Pueblo que se levanta a exigirles parar la maldita guerra porque solo nos causa dolor y miseria. La oligarquía financiera y terrateniente debe entrar en razón, este gobierno sí puede pasar a la historia porque está entendiendo que la pretendida hegemonía del imperio del norte está siendo derrotada por la coexistencia pacífica de las nuevas potencias y su éxito económico. Bien puede Colombia dejar de ser Cliente dependiente del imperio que usufructúa nuestra desgracia porque es mucho mas beneficioso ser socio de los vecinos y de los nuevos polos de poder.

¡Tregua general de todos los actores armados! !Negociación transparente del Pueblo con la oligarquía! Es posible la solución política negociada para que todos ganemos porque tenemos recursos de sobra y socios internacionales potenciales apoyándonos.
Hernán Pardo Silva