martes, 11 de octubre de 2011

Las próximas elecciones en Bogotá pueden definir el rumbo de Colombia


Los gobiernos mas o menos progresistas que ha tenido Bogotá desde finales del siglo pasado han logrado volver a la Capital una ciudad diferente en 2 sentidos: La disminución de la pobreza real a menos del 30% versus una media nacional sin Bogotá mayor del 60%, y la disminución de las muertes violentas por debajo de 25 frente a una media nacional sin Bogotá superior a 70 muertes anuales por 100.000 habitantes. Esto se logró por la independencia de los Alcaldes de las maquinarias políticas tradicionales, con base al “voto de opinión” de sus ciudadanos, pero lamentablemente una corrupción de nuevo tipo, “el carrusel de la contratación”, generó una crisis en las grandes obras de la ciudad ocasionando caos en la movilidad, porque al parecer el último Alcalde elegido traicionó a sus electores. El Alcalde y su hermano que es Senador de la República fueron suspendidos de sus cargos y están siendo juzgados.

Miembros del partido unificado de la izquierda Polo Democrático Alternativo (PDA), al que pertenecía el Alcalde cuestionado, hicieron algo que la ciudadanía les está reconociendo, no solo fueron de los primeros en denunciar a quien habían ayudado a elegir sino que, en contra de las mayorías de su partido quienes se negaron a actuar, nombraron una comisión que realizó una investigación con base en la cual los organismos competentes suspendieron e iniciaron el juicio de los sospechosos. Lamentablemente eso ocasionó la división del partido y el retiro de los acusadores conformándose un nuevo Movimiento llamado Progresistas que esta aglutinando además a muchos ciudadanos independientes y de otros partidos. Gustavo Petro, el anterior candidato a la presidencia seleccionado en elecciones primarias por el PDA, fue proclamado su candidato a la Alcaldía y está disputando con buena opción las elecciones para elegir el nuevo Alcalde.

La reacción, huérfana de Bogotá el botín mayor, se ha concentrado en despojar al pueblo rural sometiéndolo a la mas cruel de las guerras sin ningún respeto por el DIH y en alianza con los EUA, campeón contemporáneo de la barbarie imperialista, logrando acumular títulos fraudulentos de la mayoría de las tierras productivas, las cuales tenían previsto entregar en usufructo a sus socios, ¿o patrones?, como lo expuso claramente el entonces Presidente de Colombia Alvaro Uribe Velez cuando a comienzos del 2008 se presentó en Miami y New York a ofrecer públicamente 44 millones de hectáreas, mas del 80% de las tierras agropecuarias del País, para que EUA solucionara sus problema energético con agrocombustibles. Pero, como les falló la aniquilación de la Insurgencia y el etnocidio de las comunidades rurales, cuando los agro-negociantes imperiales fueron a visitar los inmensos latifundios que pretenden convertir en cultivos gigantes de soya trasgénica y monocultivo de palma africana, la resistencia civil y armada les demostró que por esa vía les resultaría imposible lograrlo. En 20 años solo han logrado sembrar el 1% del potencial.

Las desgracias de la ultra-derecha se agudizaron cuando la justicia colombiana, en una actitud ética que está sorprendiendo al mundo, envió a la cárcel a decenas de parlamentarios, ex-jefes de inteligencia, militares, ex-ministros y terratenientes, acusados de asociación para delinquir con los paramilitares que les hacían el trabajo sucio contra el pueblo rural pero además coaccionaban a los habitantes de los pueblos a votar por sus amigos o simplemente luego de dominar los poderes públicos locales organizaban fraudes electorales en forma tan descarada que en algunos sitios todos los ciudadanos inscritos aparecían votando por sus candidatos incluida la primera elección y la re-elección de Alvaro Uribe Velez a la Presidencia de la República.

Menciono las andanzas del Sr. Alvaro Uribe y sus amigos porque este personaje está utilizando lo que le resta de poder político y económico tratando de acabar con la independencia política de Bogotá. El ex-presidente primero intentó ser el candidato del partido del Presidente Santos, a donde aterrizo luego de que su propio partido se desintegró por que la mayoría de sus líderes fueron a parar a la cárcel por “parapolíticos”, y luego consiguió dividir al partido verde con la promesa que le hizo a su candidato a la Alcaldía Enrique Peñalosa de apoyarlo con su maquinaria política. Antes del zarpazo de Uribe Bogotá se preparaba para una elección de buen nivel cívico con candidatos, incluido Peñalosa, de alta reputación ética y hasta los mas jóvenes mostraban una buena trayectoria.

A Peñalosa se le criticaba por su “cuna de oro” ya que disfrutó de la mieles de la diplomacia desde que nació en Washington D.C., estudió y trabajó en EUA porque su padre estaba en exilio dorado representando a Colombia en la ONU, luego de desgastarse como ministro de agricultura del Presidente Carlos Lleras Restrepo (1966-1970), intentando titular tierras baldías a Víctimas del despojo de la violencia (1946-1958), resultando perseguido por los terratenientes que le armaron varios escándalos. La pasada Alcaldía de Peñalosa fue buena en la construcción de grandes obras pero demostró poca sensibilidad social, por ej. persiguiendo a los vendedores ambulantes porque “afeaban” su anhelo de ciudad, además tiene reconocimiento internacional como planificador urbano y supo aprovechar muy bien el sistema solo-bus perfeccionado en Curitiba (Brasil) al que hizo algunas innovaciones afortunadas, logrando vender su diseño a muchas ciudades del mundo.

No es claro el porque de su obsesión de volver a ser Alcalde hasta llegar a sacrificar el Partido Verde que ayudó a formar porque los reconocidos “éticos” como el ex-Alcalde Mockus se retiraron del partido imposibilitados de cohonestar la alianza de Peñalosa con Uribe a quien acusaron de ser por lo menos responsable político por los crímenes de guerra y de lesa humanidad por los que la mayoría de su circulo de poder están hoy presos o prófugos. Si Uribe no lo está se debe a que en Colombia los actos de los Presidentes los Juzga una comisión de la Cámara de Representantes que nunca a proferido una condena, sin embargo ya se le están iniciando varios procesos en los estrados internacionales, en aplicación de la nueva protección jurídica a los DH.

Una elección tranquila con matices que giraban en torno al mayor o menor compromiso con los mas pobres y a la capacidad de gestión se ha polarizado por este craso error de Peñalosa. Enturbió la campaña con tácticas como aplicar “rumorología”, pautas en estribillo repetitivo, promesas simplistas y demás técnicas alienantes acostumbradas por un costoso asesor extranjero, a mas de que Uribe se esfuerza en mover la clientela que creó con un programa asistencial llamado “Familias en acción” que entregaba mínimas ayudas para los hijos de los mas pobres de la ciudad y probablemente aportando gran cantidad de financiación oculta. A Uribe le aterra terminar de perder el poder político porque podría ser el primer Presidente condenado por la comisión de “absoluciones” de la Cámara o por la justicia internacional. Además quiere seguir presionando al Presidente Santos para impedir que de un giro Progresista a su gobierno.

¿El heredero del multi-centenario poder oligárquico dando un giro Progresista? Sí, porque coincide una etapa de fracaso económico del neoliberalismo, con la decadencia del imperio y con el alto nivel de consciencia que están logrando las fuerzas políticas de centro-izquierda y los movimientos populares que les permite proponer un buen negocio a Oligarcas y Terratenientes, un “todos ganan” estilo chino, que además involucraría a China y demás potencias emergentes. Santos no es tonto, solo parece, y ya se olió que como neo-liberal y cliente de EUA no va a trascender y si algo lo distingue es su deseo de hacer historia, ¡y puede hacerla¡ ya que se le está sirviendo en bandeja de plata una oportunidad como la que tuvo Roostvelt en EUA en los años 30. Santos sabe que debe desprenderse el lastre de los neo-terratenientes, bautizados en sangre, liderados por Uribe pero teme que se potencie su poder regional si logran acceder a las Alcaldías de las grandes ciudades.

Petro ha sabido rodearse de un gran grupo de intelectuales, comprometidos con las causas de los bogotanos mas pobres, con los cuales ha confeccionado, casi que bordado, un programa sorprendente por sus alcances del que sus contrincantes solo atinan en calificar de irrealizable pero que sin embargo se basa en serios sustentos económicos dada la alta probabilidad que tiene el País de recuperarse de la negra etapa neo-liberal con políticas progresistas, como lo están logrado Brasil y Argentina.

La salud y la educación como derechos de calidad equiparable a la de los mas pudientes, con pre-escolar y universidad para los que hoy no lo tienen, Integración de las empresas de servicios públicos emulando a la EPM de Medellín para fortalecerlas y lograr reducir las tarifas, reducción a la tercera parte de los costos de las nuevas troncales del Trasmilenio, reemplazando el concreto por pavimento reforzado y restringiendo las obras a lo indispensable, para tener con que construir la primera etapa del Metro. Financiación por leasing, interesante para los fondos de pensiones en esta época de incertidumbre inversionista, de la construcción de los colegios necesarios para que la jornada de estudio público sea similar a la de los colegios de los ricos, aumentando las actividades lúdicas logrando que los estudiantes aprendan con agrado y satisfacción.

Petro plantea la creación de un “banco de los pobres”, emulando al creado en la India con tanto éxito, para apoyar a los empresarios informales en especial al altísimo porcentaje de madres cabeza de familia. La parte ambiental se destaca mucho porque involucra la preparación de la ciudad al cambio climático respetando el agua, en lo que de antemano se ha ganado una gran batalla al impedir la urbanización de los humedales y reservas forestales del norte de la ciudad. Plantea acabar con la exclusión de los mas pobres, que en la actualidad son forzados a adquirir sus viviendas en las ciudades vecinas, densificando el centro ampliado de la ciudad que sufre un gran deterioro, respetando la permanencia de sus habitantes actuales, con la construcción de edificios y grandes zonas verdes de las que adolecen. Serán grandes centros residenciales de todos los niveles sociales para la gente trabajadora que se beneficiará por la cercanía a los centros de labor y emprendimiento aliviando en buena parte los problemas de movilidad; hay un largo etcétera que pueden encontrar en el programa “Bogotá Humana Ya” en: http://bit.ly/rdHOLu

Lamentablemente Peñalosa, tratando de asegurar sus extraña obsesión de ser Alcalde, ha acudido al “todo vale”.

¡Bogotanos, impidamos que los sanguinarios depredadores de los campesinos vengan de socios del Alcalde a desarrollar sus inhumanas ambiciones!

¡Vamos con Petro a construir la ciudad progresista que merecemos!

domingo, 9 de octubre de 2011

El pueblo continúa reuniéndose para buscar salidas a la grave crisis colombiana


Congreso de Tierras

El Congreso de Tierras, territorios y soberanías reunido en Cali del 30 de septiembre al 3 de octubre de 2011 acordó los siguientes mandatos que analizaré mas adelante: “



Consolidar la unidad del movimiento y las organizaciones populares para cuidar a la Madre Tierra, defender los territorios y consolidar la soberanía popular. El espíritu unitario y fraternal que nos ha acompañado en este Congreso, tendrá que converger en un gran Movimiento Social y Popular por la Tierra, el Territorio y la Soberanía. Un primer paso es la conformación de un espacio de coordinación de los procesos que nos sumamos a estos mandatos.
El segundo mandato general es cuidar la Madre Tierra y reconocerle sus derechos. Quien no cuida la Madre Tierra no la merece. Y no la merecen los que destruyen las fuentes de agua para explotar oro o petróleo. Este Congreso ha mandatado prohibir la gran minería y la explotación petrolera desaforada. En consecuencia, ha declarado no grata e ilegal la presencia en nuestros territorios de la Anglo Gold Ashanti, la BHP Billiton, Xtrata, Pacific Rubiales, Cosigo Resources, Smurfitt Kappa, Cemex, Medoro Resources, Grey Star (hoy Eco Oro Minerals Corp) y Unión Fenosa, por su participación directa en agresiones a las comunidades y territorios, y su atentado sistemático a la soberanía nacional. Les notificamos que acudiendo al derecho ancestral de indígenas y afrodescendientes, a los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra, al derecho a la vida y paz, y a las normas constitucionales y del derecho internacional de los derechos humanos, realizaremos las acciones que correspondan para impedir su presencia, para que salgan del país y sean sancionados.
El tercer mandato es realizar –como organizaciones sociales populares— todas las acciones políticas civiles para construir un camino hacia la solución política del conflicto armado. La guerra en nuestros territorios altera profundamente la armonía de las comunidades y de la naturaleza, y no es posible esperar mejoras en los derechos humanos si el conflicto continúa. El derecho a la paz solo se cumplirá si la realizamos nosotros y nosotras mismas con la resistencia a la guerra, la exigencia a los actores armados para que respeten el derecho humanitario —en especial la oposición a que el cuerpo de las mujeres sea utilizado como botín de guerra—, y las acciones directas de desmilitarización de nuestros territorios. El pueblo colombiano y todas sus expresiones sociales adoptaremos una agenda de diálogos nacional y regionales en el Congreso Nacional de Paz que tendrá lugar el próximo año, al cual nos convocamos.
El cuarto mandato general es profundizar la liberación de la Madre Tierra y la realización participativa de la reforma agraria. No permitiremos que en el lugar de los grandes latifundios del narcotráfico y el paramilitarismo, que deben ser desmantelados, se instale el gran latifundio de los conglomerados agroindustriales. Por el contrario, esas tierras –robadas en cientos de años a indígenas, campesinos y afrodescendientes— deben restituirse a nuestras comunidades. Ocuparemos pacíficamente lo que por historia y por derecho nos pertenece; y allí donde se puedan presentar diferencias sobre los derechos territoriales de cada pueblo o sector, acudiremos a los principios de la unidad y el respeto interétnico para resolverlas.
El quinto mandato general es constituir a las organizaciones sociales y comunidades como protectoras del agua. Desde el ejercicio del gobierno propio y autoridad, abordaremos el manejo, gestión y protección de las fuentes de agua, confrontando su privatización y degradación producto de la expansión de la frontera agropecuaria y minero-energética y el desarrollo de megaproyectos que amenazan su disponibilidad.
El sexto mandato general es construir una economía propia y articulada de los pueblos, no supeditada al mercado global, que garantice la soberanía y autonomía alimentarias y los saberes asociados a las semillas, las plantas y los alimentos. Vamos a fortalecer las prácticas de producción, transformación, intercambio y consumo culturalmente apropiadas, socialmente justas y en armonía con la vida; no utilizaremos ni permitiremos agrotóxicos y transgénicos; impediremos la presencia de los agrocombustibles, plantaciones forestales y otros monocultivos que amenazan nuestra soberanía territorial y alimentaria.
El séptimo mandato es realizar una reforma de territorial del país que contenga un ordenamiento territorial urbano popular democrático de las regiones reconociendo la diversidad y las diferencias tanto de pueblos que habitan al interior de los territorios urbanos, como entre las ciudades de Colombia.
El octavo mandato general es emprender todas las acciones necesarias hasta que los responsables intelectuales y materiales del exterminio contra nuestros pueblos sean juzgados. Recogemos las semillas de vida, memoria, verdad, justicia y reparación, sembradas por las luchadoras y luchadores populares en la defensa de la vida y de la Madre Tierra, y víctimas de este conflicto.
Los niños y niñas presentes en Congreso han aprobado un mandato adicional: debemos consolidar espacios para que deliberen y sus aportes sean tenidos en cuenta. El futuro del territorio está en peligro si no despertamos sus corazones y sus conciencias para que lo defiendan. Obedeciendo su palabra mayor, generaremos siempre los espacios donde los niños y niñas de nuestros pueblos puedan pensar y construir el país de sus sueños.”


Se reunieron 11.500 personas pertenecientes a comunidades indígenas, afrodescendientes, otros campesinos y algunos pobladores urbanos incluidos desplazados forzados y otras Víctimas del conflicto interno. Estas personas asumieron la vocería de sus comunidades y en general del pueblo colombiano de origen rural resumiendo en sus mandatos propuestas de solución a la crisis general que vive nuestro País por estar sometido al dominio de unas minorías nacionales aliadas del imperialismo que utilizan la fuerza militar del estado a sus fines además de fuerzas paramilitares y mercenarios mal llamados “contratistas civiles” enviados por el imperio bajo el mando directo del comando sur del ejército de EUA quienes ejercen capacitación y coordinación de la guerra contra-insurgente, la cual incluye el etnocidio de las comunidades rurales tradicionales para convertirlas en obreros no calificados en la ciudad, en las plantaciones industrializadas y las grandes explotaciones minero-energéticas que sueñan poseer.

Se trata de una lucha por la subsistencia que implica neutralizar a los enemigos que amenazan sus etnias y modos de producción en una confrontación mayoritariamente civil complementada, en contra de la voluntad de muchos, por una Insurgencia que agrupa a minorías rurales disciplinadas, potenciadas por avezados intelectuales marxistas, que decidieron luchar con todas las armas posibles; si bien no han logrado aproximarse a la toma del poder nacional, ejercen poder local casi permanente en vastos territorios y han impedido a los usurpadores explotar lo apropiado, por los desmedidos costos de seguridad que implicaría y lo incierto de que tal inversión lograría sus propósitos, aunque no han dejado de intentarlo.

O sea que todos estamos perdiendo porque los pobladores urbanos desprendidos de sus raíces rurales no logran crear suficientes empresas industriales y de servicios, ante la semi-parálisis de la producción primaria, abocando a las grandes mayorías en las ciudades a la informalidad de la distribución ineficiente o a la producción de mínima escala, de tal manera que se va generando indigencia y delincuencia, resultando una pésima calidad de vida para la mayoría de la población.

Para que estos mandatos se pudieran cumplir a cabalidad sería necesario que en Colombia solo habitarán los alrededor de 15 millones de personas, a quienes les gustaría hoy hacer una vida tradicional en el campo, por que los otros 30 millones no tendrían las materias primas que se requieren para trabajar transformándolas, creando los servicios requeridos para poder financiar la producción, asegurarla, venderla en los mercados nacional e internacional, etc., ni podrían importar los productos y tecnologías para construir una economía mas prospera. Y no es que los demás no pudieran hacer vida rural tradicional, porque espacio habría de sobra sin necesidad de tumbar un árbol mas, pero es que simplemente no lo quieren hacer porque han aprendido otras formas de vida a las que están acostumbrados o luchan por construir.

Es necesario que cada grupo humano pueda realizar sus anhelos de forma sostenible, que asegure un buen futuro para la Madre Tierra y para nuestra descendencia, por lo cual las personas que están desarrollando actividades depredadoras del medio ambiente o del bienestar de las otras deben ser neutralizadas ofreciéndoles oportunidades para que puedan cambiar a una forma aceptable. Para lograrlo es necesario que las comunidades continúen definiendo la forma de vida de sus preferencias para que luego negociemos con los que detentan el poder como lograr una convivencia en Paz entre diferentes.

Por lo anterior propongo un alto al fuego simultaneo de la Insurgencia, los Paramilitares y las Fuerzas armadas oficiales, para que el pueblo y las minorías dominantes puedan lograr organizarse, prepararse y negociar un Acuerdo de Paz Justa que desate las fuerzas productivas de nuestro País, así, cada comunidad e individuo puedan prosperar en la realización de sus anhelos y contribuir significativamente con el resto de la humanidad que no haya sido tan afortunada como nosotros en disponer de recursos naturales.

Les sugiero leer la carta que al respecto dirigí a los actores del conflicto interno, especialmente a las Víctimas: http://bit.ly/q09QEQ