Las
Farc proponen ampliar los tipos de territorios campesinos. Además de
las Zonas de Reserva Campesina (ZRC), los Resguardos Indígenas (RI)
y los Territorios Colectivos de afrodescendientes (TCA) proponen
crear las Zonas de Producción de alimentos. Siendo la producción de
alimentos la principal actividad de los Campesinos, incluidos indios
y negros, redunda y por ende es innecesaria esa ampliación. Si se
quiere precisar que algunos territorios campesinos están en la
frontera agrícola y mas allá pero que deben crearse otros cerca a
los centros de consumo y exportación no es buena idea hacerlo con
una nueva categoría, es mas conveniente reconocer que muchas partes
de las ZRC actuales y las propuestas no son viables para la
producción de alimentos y por eso los campesinos se han visto
obligados a dedicarse a los riesgosos cultivos de narcóticos y a la
incierta minería artesanal.
La
producción de narcóticos conviene erradicarla porque su exportación
a los países ricos genera por el camino gran cantidad de violencia y
economía mafiosa que desestabiliza a Países de tránsito como
Venezuela, los de Centroamérica y México. La producción de
narcóticos en Perú y Bolivia está aumentando el tráfico, la
violencia y el consumo en Brasil y los países del cono sur. Las
fuerzas reaccionarias usan esos dineros sucios para financiar
paramilitares y terroristas como en las guerras de los gringos y sus
mercenarios en el oriente medio y el norte de África; recuerden el
caso Irán-contras y mas recientemente el holocausto de pueblo rural
colombiano de 1994 a 2010, aún latente, orquestado por los halcones
gringos y el nefasto “doptor varito”. Pensar en despenalizar es
tiempo perdido en falsas soluciones. Los campesinos forzados al
narco-cultivo son desplazados allende la frontera agrícola,
necesitan tierras cercanas en donde sea viable la producción de
alimentos. Ningún campesino está pidiendo la legalización del
consumo y sin el control férreo de la Insurgencia es probable que se
desboque generando otro grave problema al pueblo rural. En esto no
caben aguas tibias, erradicando los narco-cultivos se acaba con esta
pesadilla y se impiden mayores males.
Colombia
en paz puede producir alimentos para varias veces mas habitantes de
los que tiene sin tumbar una hectárea mas de selva, ese debe ser el
propósito de la Reforma Agraria. En los documentos de las Farc hay
menosprecio a la exportación de alimentos, se le define como
excedentes, como necesidad de deshacerse de sobrantes pero si no se
exporta se va a saturar el mercado interno con posible quiebra de los
campesinos. Grave error pretender que el Pueblo rural este de
espaldas a las necesidades de los Países grandes consumidores de
alimentos. Una desatada producción de alimentos requiere mercadeo,
así los mercados sean socialistas. Hay que producir lo que los
consumidores requieren y la innovación debe ir de acuerdo a ese
mercadeo. El este asiático, con mas de la mitad de la población
mundial es el nuevo gran mercado, su ascenso a sociedad medianamente
acomodada es la clave para innovar productos campesinos. Carnes de
res, cerdo, aves, frutas, pescado, moluscos, etc. de aguas dulce y
salada, todo procesado con inocuidad, alimentos sanos, para
preservarlos y ojalá listos para consumir. Alimentos concentrados,
aceites, deshidratados, esencias, perfumes, derivados químicos como
el biodiesel para auto-consumo, la colofonía y la trementina que
produce el centro experimental Las Gaviotas en el Vichada derivados
del pino caribe; valor agregado agroindustrial y de servicios que los
campesinos asociados al Pueblo urbano pueden producir a gran escala
sin depender de la buena voluntad del gobierno de turno o de pactos
de “las gallinas con el zorro” propuestos por los terratenientes
con sus alianzas productivas.
Insistimos
en crear la Gran Empresa Nacional Agropecuaria (GENA) de propiedad y
al servicio de los campesinos, que debiera ser administrada
inicialmente y por un tiempo prolongado por la Insurgencia
aprovechando su cubrimiento nacional y la demostrada capacidad
logística, para ofrecer a los campesinos paquetes productivos que
puedan irse adaptando rápidamente a los cambios del mercado.
Asegurar transferencia tecnológica, financiación, insumos, compra
de la producción, procesos pos-cosecha y distribución. Por ejemplo
millones de trabajadores rurales dependen del mercadeo del café mal
realizado en los últimos lustros por una federación nacional de
cafeteros convertida en cueva de burócratas neoliberales a quienes
solo les importan sus privilegios. La GENA podría abocar el problema
buscando nuevos mercados, estudiando y masificando las tecnologías
alternativas, por ejemplo cosecha por vibración, sumando
complementos como la producción de trucha enlatada, tilapia en
filetes empacada al vacío y frutas procesadas que amplíe la oferta
y genere empleo formal a los actuales recolectores. Si se gestiona de
acuerdo a las normas mundiales de inocuidad de alimentos (ISO 22000),
la GENA podría convertirse en certificador oficial, el mercado
mundial estaría disponible.
Decretar
la compra de la producción campesina por parte del Estado no ha sido
ni será nunca solución sostenible, puede servir como medida
transitoria mientras se implementan soluciones de fondo. Es con el
empoderamiento de los campesinos a través de su organización, de la
suma de cuadros bien capacitados, creativos e innovadores y de una
buena planeación estratégica lo que nos permitirá emular a Brasil
y a Argentina como grandes productores mundiales de alimentos, pero
con base en la producción campesina. Tenemos el potencial con las
tierras, gente trabajadora, amigos en la universidades, el SENA y
gran cantidad de luchadores sociales forjados en la dura resistencia
civil y armada que reorientados al desarrollo solidario pueden hacer
la diferencia.
¡Porque
se trata de desarrollarnos para poder superar la pobreza y aportar a
la permanencia mas prolongada posible de la vida originaria del
planeta Tierra en el Universo!
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