Las
reformas para la paz, la implementación y la refrendación.
En
el punto 3.5. de la agenda Gobierno-Farc el Gobierno Nacional se
compromete a revisar y hacer las reformas y los ajustes
institucionales necesarios para construir la paz. Si el Gobierno no
puede cumplir con este numeral porque los otros poderes públicos no
aprueban lo de su competencia sería necesario convocar a una
Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para lograrlo y el Gobierno
debiera apoyar y comprometerse con esta alternativa.
El
debate sobre el mecanismo de refrendación de los acuerdos, si
mediante plebiscito o ANC, tiene que ver con como se desarrolle lo
anterior y con cuando es el momento oportuno para esta refrendación.
Pretender refrendar los acuerdos sin haberse implementado, o por lo
menos antes de que la implementación haya avanzado para hacerla
irreversible, es una tontería porque sería como preguntarle al
Pueblo si quiere o no esta Paz así acordada. Por supuesto que la
gran mayoría del Pueblo quiere la Paz, además de ser un deber y un
derecho constitucional, pero para poder saber si la paz acordada si
va a ser real, positiva y duradera hay que pasar de las palabras a
los hechos. Por eso el momento adecuado para la refrendación debe
ser luego de haber avanzado en la implementación lo suficiente para
que sea fácil entender que las reformas son adecuadas y su
culminación está asegurada; entonces sí el Pueblo puede aprobar
mediante un plebiscito; en caso de no aprobación indicaría que las
reformas no son suficientes o son inadecuadas y debería revisarlas
una ANC. No podemos repetir lo que pasó en Guatemala por falta de
prever que hacer si el Pueblo no aprobaba el acuerdo de Paz.
La
Constitución del 91 fue muy mezquina con el Pueblo en cuanto
impedirle que la reformara con un mecanismo directo, un plebiscito
para convocar una ANC por ejemplo, y la cantidad de recovecos para
hacer un referendo. El poder constituido, despóticamente, quiso
blindarse de “embarradas populares”. Debemos exigir que esto se
cambie porque luego de que empecemos a disfrutar de una paz estable y
duradera es muy probable que queramos rediseñar, hacerle una
reingeniería completa, al Estado colombiano. Cuando la participación
política sea potenciada por la aplicación de los acuerdos las masas
van a querer revisar todo y deben poder hacerlo. Cualquier reforma
constitucional debería ser aprobada por el Pueblo para impedir que
se birle su voluntad.
Sobre
los territorios para la paz y la implementación de la reforma rural
integral.
Colombia
importa el 30% de lo que se come y exporta una cantidad equivalente
lo cual puede interpretarse como que hay seguridad alimentaria; sin
embargo el campo colombiano desmontado produce una décima parte de
su potencial. De las 47 millones de hectáreas desmontadas, de un
total de 114 que tiene la parte continental del país, se usan 7 para
producir alimentos, biocombustibles y otros insumos. 28 millones de
reses ocupan 40 millones de hectáreas, que con una semiestabulación
sencilla podrían requerir solo 2 o 3 millones, estas son las tierras
para el desarrollo rural integral acordado. La mitad de ese
desarrollo pueden ser cultivos gigantes empresariales, como la soya
argentina, aunque conviene completar el circuito agroecológico y
exportar principalmente carnes. Con la otra mitad se debe hacer una
reforma agraria de producción familiar y comunitaria.
Las
ZIDRES pueden se una solución tanto para el agronegocio como para la
reforma agraria si tenemos en cuenta que la mayor parte de los
potreros del país se encuentran en zonas que pueden declararse
ZIDRES, a excepción de los que rodean los centros urbanos, pero
estos pueden ser comprados por los Municipios para: evitar la
especulación de las tierras suburbanas, poder planificar la
expansión urbana, solucionar el daño de las aguas y el aire
ocasionado por la ganadería extensiva y los agroquímicos, y lograr
producir alimentos orgánicos minimizando costos, arrendando estas
tierras a familias campesinas organizadas. La ley ZiDRES contempla
que los ingresos por arrendamiento o concesión deben dedicarse a
crear infraestructura y a adquirir tierras para familias campesinas.
Parte de esos dineros podrían financiar a los municipios para crear
sus anillos de producción limpia y orgánica.
La
Insurgencia (FARC, ELN, EPL) crearon para su funcionamiento grandes
empresas de economía social, estarían capacitados para administrar
ZIDRES y poder cumplir sus propósitos de: apoyar al Pueblo rural
protegiendo sus bases, permitir el retorno de desplazados y la
reubicación de minifundistas y campesinos sin tierra, y continuar
con el trabajo social, político y económico, potenciándolo. Las
pocas ZRC aprobadas conviven en territorios de influencia guerrillera
y existen de hecho muchas mas ZRC en esos territorios. Cada una de
estas ZIDRES podría contar con una ZRC y estaría al servicio de
esta. Podrían asociarse a empresas extranjeras de países como
China, Rusia e Irán asegurándose mercados, maquinaria, asistencia
técnica y construcción de infraestructura. Algunos Insurgentes se
dedicarían a participar en política electoral, otros crearían
grupos de expertos en seguridad que complementarían la acción
primaria de las guardias (indígena, afro y campesina). La mayoría
de los guerrilleros pasarían a gestionar estas ZIDRES y las empresas
complementarias.
Los
principales enemigos del conflicto actual pasarían a ser
competidores en la producción agropecuaria y minera ya que las
ZIDRES empresariales permitirían superar las economías mafiosas
responsables de la guerra sucia, con el concurso de grandes
inversionistas nacionales y extranjeros. A mediano plazo se podría
producir 5 veces mas, exportando 15 veces mas. Los centros urbanos se
beneficiarían de las nuevas cadenas productivas suministrando
insumos y servicios, haciendo procesos complementarios y educando a
las nuevas generaciones de científicos y técnicos agropecuarios y
de las demás profesiones requeridas. Se puede lograr en 10 a 15 años
aumentar 10 veces la producción agropecuaria, sin tumbar una
hectárea mas de monte y reforestando las micro-cuencas para
potenciar nuestro bien mayor: el agua.
El
plan maestro sobre el río Magdalena hecho por Hydrochina puede
desarrollarse de acuerdo a la reforma rural integral acordada. Una
combinación de ZIDRES de la Insurgencia con las ZRC asociadas, las
ZIDRES de los empresarios, legales e ilegales legalizados, y la
municipalización de las tierras alrededor de los centros urbanos,
que contarían con el apoyo técnico y financiero de empresas de EUA,
Brasil, China, Rusia, la UE, Irán y otros países. El tren
eléctrico desde los llanos orientales hasta Buenaventura, pasando
por Colombia (Huila) y Pradera (Valle) con un ramal desde el Huila hasta Salgar (Cundinamarca), mas vías terciarias cortas
completarían el transporte interno y para las exportaciones. Debemos
hacer planes maestros para las demás cuencas hidrográficas del
País.
Con
una buena Paz ¡a Colombia no la va a parar nada ni nadie!
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