El
punto 1 de la agenda Farc-Gobierno requiere desde ya que nos
aboquemos en su planificación porque de cualquier forma en que
continúen los diálogos ese será el punto fundamental a
implementar. Los centros de investigación de las universidades
colombianas tienen el deber de aportar al máximo de sus
posibilidades con el renovado respaldo de un Estado en mora de
satisfacer el derecho del pueblo colombiano a educación incluyente;
llevamos décadas de crecimiento cuantitativo de la educación
superior, a expensas de los Estudiantes-Trabajadores, de los padres
de familia y de las universidades privadas porque la Universidad
pública ha paralizado su crecimiento y acumula un fuerte deterioro,
con algunas excepciones. Pero es necesario cualificarse, integrarse
efectivamente al progreso de la nación formando profesionales
competentes, eficientes y eficaces.
Los
que leemos y asistimos a conferencias nos sentimos suficientemente
ilustrados en cuanto al análisis y diagnóstico del conflicto
interno, pero estamos a la expectativa de que esas investigaciones
avancen presentando síntesis propositivas que sean probadas en
investigaciones de campo para que el Estado pueda convertirlas en
políticas públicas, que debieran ser seguidas científicamente como
investigaciones aplicadas en el marco de una economía circular y
sostenible para garantizar el futuro de las nuevas generaciones.
Los
eventos sobre el proceso de paz que integran 4 universidades
(Nacional, Javeriana, Los Andes y Externado) pueden iniciar la unión
de las mejores Universidades del País para crear modelos de
desarrollo rural, que combinen una reforma agraria campesina con
grandes plantaciones agroempresariales tal como se plantea en el
punto 1 aprobado, con algunas salvedades, por la mesa Gobierno-Farc y
que refleja el empate en la lucha por imponer uno u otro modelo,
solucionable con la coexistencia pacífica de los 2. Las 4
Universidades cuentan con las carreras y posgrados requeridos para
esta gran Empresa y con la participación del SENA, como instructores
de masas, pueden crear los primeros modelos en el marco de la región
central y de la integración rural-urbana. Los gobernantes de Bogotá,
Tolima, Cundinamarca, Boyacá y Meta seguramente apoyarían estos
proyectos en esta primera región recién declarada.
Aporto
ideas que he plasmado en mi blog así:
Ideas
puntuales para el desarrollo rural integral:
Información
sobre los 2 desplazamientos forzados de los que fui víctima:
y
por último un pequeño libro que hice para definir sencillamente la
economía política y la gestión empresarial que propongo:
En
cuanto a la justicia “transicional”, pretenden columnistas y
académicos desconocer el DIH y especialmente el protocolo II, sobre
los conflictos armados y estos aplicados al interior de un país,
piden a una parte beligerante someterse, aunque sea de una forma
nominal, a la justicia de la otra parte. La Insurgencia no va a
claudicar frente a esta parte del Estado al que confrontan y que ha
sido usada como arma de guerra con carteles de testigos falsos y
condiciones de reclusión inhumanas. ¿Cuantos líderes populares que
no pertenecen a la Insurgencia pagan cárcel, mas bien ignominia
deshumanizante, a cuenta de esta tal justicia? Hay cerca de diez mil
compatriotas oprimidos por esta cruel forma de tiranía del Estado
colombiano. A los guerrilleros presos se les desconoce sus derechos
de prisioneros de guerra y los gobiernos han preferido abandonar a su
suerte a soldados y policías capturados. La insurgencia tiene su
propio poder judicial y no ha signado adhesiones a organismos
internacionales de justicia, ejerce el derecho a la rebelión contra
un Estado que practica el terrorismo como arma principal en esta
guerra contra su propio pueblo.
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